La naturaleza se despliega en toda su magnificencia allá, donde el río Amazonas se encuentra con la vasta extensión del océano Atlántico. Bajo los deslumbrantes horizontes, sin embargo, se cierne la amenaza del cambio climático.

En el municipio de Barcarena, cerca de Belém do Pará, una modesta estructura blanca y azul se alza en la orilla del río, coronada por un techo triangular bordeado de paneles solares.

Muchos viajeros apenas la notan, pero ese edificio guarda una historia notable, una que demuestra que es posible proteger a los niños en comunidades remotas de los impactos más severos de la crisis medioambiental.

Aprendizaje seguro y sostenible

Durante los últimos tres años, la Escuela Municipal Maria Naura Gouvêa ha estado llevando a la práctica uno de los temas centrales de la 30ª Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP30): la adaptación a un mundo cada vez más moldeado por eventos climáticos extremos.

La escuela está construida con mampostería resistente a inundaciones y erosión, techado aislado que modera el calor extremo, sistemas de energía solar e internet satelital. Y a diferencia de muchas escuelas de la región, los niños tienen acceso a agua potable gracias a un pozo de 150 metros perforado en la propiedad.

Durante su visita, el responsable de la Oficina de las Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres (UNDRR) describió la escuela como “un faro guía”, capaz de inspirar esfuerzos de adaptación mucho más allá del Amazonas.

Kamal Kishore espera poder ver al menos 100.000 escuelas como esta en todo el mundo.

Noticias ONU/Felipe de Carvalho

Un grupo de alumnos presenta sus proyectos en Barcarena, Pará, Brasil.

Sequías, erosión y aumento del nivel del mar

El alcalde de Barcarena, Renato Ogawa, explicó que la región no suele experimentar lluvias extremas ni marejadas, sino que enfrenta impactos climáticos sutiles y silenciosos que interrumpen la vida de los niños.

“El principal evento es la sequía de ríos y arroyos. Una semana, los estudiantes logran llegar en barco; la siguiente, debido a variaciones de marea, no pueden llegar a la escuela a tiempo y deben caminar por pendientes y playas de agua dulce que, debido al aumento del nivel del mar, han comenzado a inundarse, causando erosión. Tuvimos que construir estructuras de contención para detener esto. Y si no se hace nada, con los años necesitaremos elevar y ampliar ese muro”.

Otro desafío impulsado por el aumento del nivel del mar es el cambio en el movimiento de los peces que conforman la base de las dietas locales, a medida que el agua del río se vuelve cada vez más salada.

Elevar el liderazgo local

En reconocimiento a los esfuerzos de Barcarena para enfrentar estas amenazas, las Naciones Unidas designaron en 2023 al municipio como el 25º Centro de Resiliencia del mundo, y el primero en la región amazónica.

La directora ejecutiva de ONU-Hábitat, Anaclaudia Rossbach, también se unió a la visita y destacó la necesidad de que la COP30 eleve las voces de los líderes locales que están impulsando estrategias que salvan vidas sobre el terreno.

“Esta COP y esta visita ayudaron a llamar la atención sobre las necesidades de las personas que viven en ciudades, aquí en la selva y en todo el mundo. Debemos proteger a las personas para proteger al planeta. Y otro punto clave es la importancia de los gobiernos locales, la acción y el liderazgo locales”.

Agregó que el reconocimiento por sí solo no es suficiente; debe ir acompañado de “mecanismos sólidos y robustos para la implementación”.

“Una excepción en el Amazonas”

El ministro de Ciudades de Brasil, Jader Filho, quien acompañó a la delegación, dijo que líderes como el alcalde de Barcarena deben ser valorados y apoyados mediante inversión financiera.

Filho señaló que la escuela “es una excepción” y no refleja la realidad educativa del Amazonas en general, pero “muestra lo que es posible cuando la financiación y la voluntad política se alinean”.

Destacó los esfuerzos locales para educar a los niños en la preparación ante desastres y la gestión ambiental, una parte integral del plan de estudios en todo Barcarena.

Noticias ONU/Felipe de Carvalho

Estudiantes de la Escuela Municipal Maria Naura Gouvêa, en Barcarena, Pará, Brasil.

Estudiantes resilientes

La delegación también se reunió con estudiantes de varias escuelas que presentaron proyectos que iban desde transformar aceite de cocina usado en jabón, hasta producir tintes naturales no contaminantes a partir de remolacha y zanahoria, y plantar árboles para enfrentar el calor extremo.

La estudiante Lyndisse Wandra Santos compartió que “cada árbol plantado es un gesto de amor y esperanza; adaptarse es seguir adelante a pesar de las dificultades”.

Kamal Kishore dijo que estaba profundamente inspirado por cómo los niños imaginan el futuro, aprendiendo sobre resiliencia y comprendiendo sus roles individuales, familiares y comunitarios.

Expresó su esperanza de que la COP30 ayude a ampliar la inversión en reducción del riesgo de desastres. Según él, “Brasil es una historia de éxito”, señalando que más de 2000 ciudades en todo el mundo forman parte de la campaña Haciendo ciudades resilientes, muchas de ellas brasileñas.

Transporte sostenible

El alcalde Ogawa explicó que la COP30 ya ha dejado un legado para Barcarena, acelerando inversiones que garantizarán una cobertura de tratamiento de aguas residuales del 90% y agua potable para el 95% del municipio para fin de año, metas que de otro modo tomarían entre 10 y 15 años en lograrse.

En los próximos años, su objetivo es centrarse en la transición energética del transporte público, particularmente los barcos que llevan estudiantes entre las islas de la región.

Anaclaudia Rossbach enfatizó que muchas ciudades necesitan urgentemente inversiones similares en infraestructura, especialmente en vivienda, ya que millones viven en condiciones precarias bajo amenazas crecientes.

La COP de la selva y de las ciudades

Señaló el ejemplo de la favela Maré de Río de Janeiro, donde se han registrado temperaturas 6°C por encima del promedio de la ciudad, según datos recopilados por los propios residentes.

La directora ejecutiva de ONU-Hábitat dijo que deja Belém con grandes expectativas de que esta “COP de la selva” también fortalezca la agenda urbana, priorizando la protección de los más vulnerables.

La visita de alto nivel también incluyó la firma de un Protocolo de Cooperación entre el Ministerio de Ciudades de Brasil y el Municipio de Barcarena para el desarrollo de un Plan Municipal de Reducción del Riesgo de Desastres. También marcó el lanzamiento de un informe conjunto de UNDRR y el Programa Mundial de Alimentos (PMA) sobre seguridad alimentaria en el municipio, destinado a analizar cómo el cambio climático está afectando la producción y el suministro de alimentos.

Source of original article: United Nations (news.un.org). Photo credit: UN. The content of this article does not necessarily reflect the views or opinion of Global Diaspora News (www.globaldiasporanews.net).

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