Los equipos de ayuda en Sudán del Sur advirtieron este martes que los repetidos ataques contra el sistema sanitario, incluido el bombardeo de un hospital en el estado de Jonglei el fin de semana, son sólo el último ejemplo de las “múltiples vulnerabilidades” a las que se enfrenta la población del país.

“Cada vez que esto ocurre, la gente pierde el acceso a los servicios sanitarios y, a veces, la esperanza”, afirmó Humphrey Karamagi, representante de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en Sudán del Sur.

“La salud es la última red de seguridad. Si falla, todo lo demás también caerá”.

El aparente ataque aéreo contra el hospital dirigido por Médicos Sin Fronteras (MSF) en Old Fangak, en el este del estado de Jonglei, mató a siete civiles e hirió a otros 20, según la oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA).

Más ataques pueden llevar al cierre de la mitad de las instalaciones sanitarias

Este es el octavo ataque que sufre la sanidad desde enero, “con trabajadores sanitarios asesinados, instalaciones y suministros esenciales saqueados o destruidos”, declaró el funcionario de la OMS a los periodistas en Ginebra.

“Más ataques pueden llevar al cierre de la mitad de las instalaciones sanitarias a lo largo del Nilo”, añadió.

El doctor Karamagi explicó que los convoyes humanitarios y la infraestructura esencial de la cadena de frío habían sido atacados, en un momento de escalada de violencia que ha afectado a la población civil desde que Sudán del Sur obtuvo la independencia en 2011, descendiendo poco después a la guerra civil.

Desde marzo, las tensiones se han intensificado en el estado del Alto Nilo, con enfrentamientos mortales entre las fuerzas gubernamentales y grupos armados. Esto ha desarraigado a unas 80.000 personas en tres de las provincias más afectadas, dijo el funcionario de la OMS.

Añadió que también se han registrado enfrentamientos en partes de los estados de Ecuatoria Occidental, Ecuatoria Central y Unity, lo que ha obligado a las comunidades, “en su mayoría mujeres y niños”, a huir a los países vecinos, incluidas 23.000 llegadas a Etiopía.

Las enfermedades se extienden

En Sudán del Sur, los brotes de cólera, malaria, sarampión y viruela se están extendiendo rápidamente, lo que ha llevado a la agencia sanitaria de la ONU a desplegar equipos de respuesta rápida y coordinarse con los socios locales siempre que sea posible, en medio de las restricciones de acceso relacionadas con la escalada de violencia.

“La alternativa, si no hacemos nada, sería desoladora”, advirtió el funcionario de la OMS, señalando que los casos de cólera podrían duplicarse en sólo seis semanas y las muertes por sarampión podrían aumentar hasta en un 40%.

Sólo el cólera ha infectado a más de 55.000 personas desde septiembre, matando a más de 1000, según la agencia sanitaria.

Ataque calculado e ilegal, condenado como crimen de guerra

En un acontecimiento relacionado, la Comisión de Derechos Humanos de la ONU (OACDH) en Sudán del Sur condenó el bombardeo como posible crimen de guerra.

“No ha sido un trágico accidente”, declaró Yasmin Sooka, presidenta de la Comisión. “Fue un ataque calculado e ilegal contra una instalación médica protegida”.

Médicos Sin Fronteras confirmó la destrucción total del hospital, incluidas la farmacia y las unidades de urgencias. También se informó de nuevos bombardeos aéreos en Nueva Fangak, lo que hace temer que estos ataques formen parte de una campaña militar más amplia.

El ataque aéreo se produjo tras las amenazas públicas de las fuerzas militares sursudanesas, que exigieron la devolución de las embarcaciones incautadas y calificaron de “hostiles” a varios condados de mayoría étnica nuer, entre ellos Fangak.

Designar a comunidades enteras como hostiles es profundamente irresponsable y puede equivaler a un castigo colectivo”, declaró el comisionado Barney Afako.

Llamamiento a la acción

La Comisión de la ONU ha instado a que se investiguen de inmediato los bombardeos y ha advertido de que las repetidas violaciones amenazan con hacer descarrilar la frágil paz de Sudán del Sur.

Con delegaciones de alto nivel de la Unión Africana y la Autoridad Intergubernamental para el Desarrollo (IGAD) ahora en la capital, Juba, los llamamientos para reanudar el diálogo son cada vez más fuertes.

“El camino que sigue actualmente Sudán del Sur es peligroso”, advirtió Sooka, presidenta de la Comisión. “Si ataques como estos continúan con impunidad, el Acuerdo de Paz corre el riesgo de perder su sentido”.

En su llamamiento final, el doctor Karamagi, de la OMS, hizo hincapié en el coste de la inacción: “Ayúdanos a asegurarnos de que éste no se convierta en el momento en que la salud, y la esperanza, finalmente cedan”.

Source of original article: United Nations (news.un.org). Photo credit: UN. The content of this article does not necessarily reflect the views or opinion of Global Diaspora News (www.globaldiasporanews.net).

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