En la ciudad de Gaza, las familias se refugian en tiendas de campaña viven una realidad compartida y sombría. Muchas han tenido que huir de los combates decenas de veces. La mayoría se encuentra sin hogar y con hambre, enfrentando un futuro incierto.
Khadija Manoun: Una cocina hecha con los restos de su vida
Khadija Manoun cuenta que ella y su familia se han mudado más de 20 veces, desde Jabalia, en el norte de la Franja de Gaza, hasta un edificio destruido en el oeste de Gaza, en busca de refugio.
Era propietaria de una casa nueva, construida con un préstamo bancario y equipada completamente. “Amueblé mi casa muy bien, con baldosas y electrodomésticos… Solo habían pasado tres años desde que la terminé. Luego vino la guerra y todo se perdió en vano”, continúa.
Hoy, todo ha cambiado, explica Manoun. Su cocina, que era amplia y bien equipada, se ha reducido a una simple esquina entre los escombros, donde coloca una jabonera que le prestó una vecina. Los utensilios metálicos han sido reemplazados por envases plásticos de té para servir a diez personas.
El baño se ha convertido en una esquina cubierta con retazos de tela que antes eran mantas. Su vestidor se ha transformado en maletas desgastadas.
“Esta es ahora mi alacena, aquí lo guardo todo. Tenía un dormitorio que me costó 10,000 shekels (unos 2900 dólares),” relata.
Su familia duerme sobre colchones sencillos, y el agua potable es un lujo que Khadija persigue corriendo entre los camiones cisterna, regresando muchas veces con los bidones vacíos.
En medio de todo esto, a veces se pone a recordar, deslizando el dedo por fotos en su celular de su antigua casa y las comidas que solían compartir.
Badriya Barawi: agotada por el hambre
En su modesta tienda de campaña, ubicada en la playa al oeste de Gaza, la señora Badriya Al-Barawi, de Beit Lahia, se sienta intentando organizar lo que le queda de vida. Las lágrimas corren por sus mejillas mientras suplica: “Tengan piedad de nosotros, ya estamos hartos y agotados, psicológica y físicamente. No podemos soportarlo más. ¿Hasta cuándo seguirá esta vida?”
Dice que sus hijos lloran por el calor y el hambre, y añade: “Hace tres días que no comemos pan. Esta mañana les di hummus a los niños, pero ¿qué tanto puede llenar el hummus sus estómagos?”
Badriya, que sufre de presión arterial alta y diabetes, dice que se desmaya todos los días por falta de comida.
Hiyam Zayed: el jardín de sueños pisoteado
En una tienda cercana, Hiyam Zayed come sopa de lentejas sin pan junto a sus ocho hijas. Describe su antigua casa, que tenía seis habitaciones y un hermoso jardín:
“Era feliz en mi casa. Mis hijas y yo nos divertíamos. Jugaban en la azotea o en las habitaciones. Teníamos un jardín precioso frente a la casa, cultivábamos y comíamos lo que cosechábamos. Criábamos gallinas y mis hijas eran muy felices. Les dábamos la mejor comida y las vestíamos con la mejor ropa.”
También dice que tenía lavadora, cocina equipada y una nevera llena de provisiones. Pero ahora, todo eso ha desaparecido.
“Sin comida, sin lavadora, sin sentimientos… hemos caído en la depresión. Mis hijas usan la ropa más deteriorada. No tengo cómo bañarlas. Antes abría el grifo y salía agua para beber o asearnos. Ahora vivimos en una tienda sobre la arena. Enciendo fuego para cocinar, cuando antes tenía gas. Pido prestados los utensilios.”
Hiyam se pregunta: “¿Cuál es nuestra culpa en lo que pasó y quién es responsable? ¿Qué culpa tengo yo y qué culpa tienen mis hijas para que nos desplacen de un lugar a otro y mueran de hambre?”
Desplazamiento masivo
Según informes de Naciones Unidas, más de dos millones de palestinos –la totalidad de la población de Gaza– viven en áreas que no superan el 15% del territorio de la Franja, luego de que la guerra provocara una destrucción masiva de infraestructura y viviendas.
Según un informe reciente del Instituto Central Palestino de Estadística, publicado con motivo del Día Mundial de Población, la guerra ha provocado una disminución estimada del 10% de la población de Gaza, debido a los asesinatos y desplazamientos.
Organizaciones internacionales han advertido que la continuación del conflicto amenaza con consecuencias “catastróficas” a corto plazo, especialmente sobre la salud mental y física de los niños, la propagación de enfermedades y la desintegración del tejido social, en un contexto sin ninguna perspectiva clara de solución política o humanitaria.
Source of original article: United Nations (news.un.org). Photo credit: UN. The content of this article does not necessarily reflect the views or opinion of Global Diaspora News (www.globaldiasporanews.net).
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