En el hospital de campaña de la Media Luna Roja Palestina, Ibrahim Abu Ashiba mira en silencio la pantalla de su teléfono. En las imágenes se ve a sí mismo antes de resultar herido: detrás de una cámara, filmando escenas de la vida cotidiana en Gaza.

“Estudié medios y periodismo en Gaza”, explica. “Luego fui a Egipto dos años, donde estudié cinematografía, y he estado trabajando en cine en Gaza durante mucho tiempo”.

Ibrahim es uno de los pacientes esperan su turno para ser evacuados. Su voz se quiebra al recordar el día en que soldados israelíes le dispararon.

Me dispararon varias veces, una vez en el pecho, una en el hombro y dos en la mano. Los disparos en la mano cortaron un nervio; ya no puedo sostener la cámara ni mover mi mano con naturalidad. De repente, toda mi vida se detuvo. Pasé de ser una persona que estudiaba para alcanzar sus sueños y fotografiar la sencillez de la vida, a convertirme en alguien que se convirtió en la noticia misma”.

Sentado en un colchón en el suelo, como el resto de los pacientes, sigue mostrando en su teléfono imágenes de él en una camilla, debatiéndose entre la vida y la muerte. Una mascara de oxígeno en su cara, su cuerpo, muy delgado, ensangrentado.

Hoy, con un brazo de grosor infantil y cubierto con vendas, Ibrahim se prepara para subir a la ambulancia que lo llevará hacia el paso de Kerem Shalom.

“Toda mi vida estuvo en pausa hasta que me contactaron para decirme que viajaría a Sudáfrica para recibir tratamiento. Sentí que volvía a nacer.”

La primera evacuación tras el alto el fuego

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS, la del 23 de octubre fue primera evacuación médica desde la implementación del alto el fuego del 10 de octubre. 41 pacientes críticos y 145 acompañantes viajaron a varios países

“Estamos comprometidos a aumentar nuestra capacidad para asistir, apoyar y coordinar evacuaciones médicas, incluida la instalación de un centro médico en estrecha colaboración con la Media Luna Roja Palestina”, señaló el doctor Luca Pigozzi, coordinador del Equipo Médico de Emergencias de la OMS, durante la salida del convoy el 22 de octubre.

El 26 de octubre, la OMS evacuó a otros 55 pacientes en estado crítico y 158 acompañantes desde la Franja hacia Jordania, el Reino Unido, España y Turquía.

Historias de dolor y esperanza

Entre los evacuados se encuentra también María Al-Shaer, una niña, de unos tres años, herida en la pierna derecha.

“María perdió a su padre y a todos sus hermanos, dos niños y dos niñas. María y yo salimos de debajo de los escombros. Sufrió fracturas en el músculo del muslo y pérdida de tejido; necesita cirugía plástica”, cuenta Su madre, Raghda Ahmed Al-Shaer.

Raghda también todo documentado en las fotos de su teléfono.

Maria, de pie con un vestido blanco y azul y zapatos deportivos blancos. María, tumbada en una camilla, irreconocible, con una venda en la cabeza, una camiseta roja y con su pierna atravesada con varillas metálicas.

“Su vida se puso patas arriba. No puede caminar, perdió a todos sus hermanos y eso la afectó mucho psicológicamente. Era la más pequeña, sus hermanos jugaban con ella, la cargaban. Ya sabes cómo es para un niño: quiere jugar, ser feliz, tener un futuro”, relata su Raghda.

María mira curiosa a su alrededor desde lo brazos de su madre, con un vestido nuevo. “Nos llamaron y nos dijeron que Suiza había aprobado el viaje. Estamos muy felices de que reciba tratamiento; Dios mediante, volverá a caminar y a ser la Maria que conocíamos.”

A su alrededor otros niños, poco mayores que ella, también esperan sentados en los colchones, con las ropas nuevas, limpias, pero cortadas para que puedan salir las varillas metálicas que ahora atraviesan sus piernas.

Una carrera contra el tiempo

El representante de la OMS en los Territorios Palestinos Ocupados, Rik Peeperkorn, advirtió que más de 170.000 personas han resultado heridas desde el inicio del conflicto, y la OMS estima que unas 15.000 necesitan ser evacuadas para recibir atención médica fuera de la Franja, incluidos 4000 niños.

La OMS pide a los países receptores que admitan a más pacientes y sus acompañantes y a Israel que permita más evacuaciones, que ahora limita a una a la semana.

Al ritmo actual, explicó el doctor Peeperkorn, tomaría cerca de una década evacuarlos a todos. Más de 700 han muerto ya esperando.

Actualmente, solo los pasos de Kerem Shalom y Kissufim, en el sur, permanecen abiertos. Los pasos de Rafah, en el sur, y Zikim y Erez, que darían acceso directo al norte de Gaza, siguen cerrados.

“Una evacuación a la semana no es suficiente y solo usamos dos corredores, que no es suficiente. Lo que más ayudaría es si Israel permite que los pacientes vayan a que Jerusalén Oriental y Cisjordania. Eso sería una mejor opción. Eso está en manos de Israel. Podrían recibir tratamiento cerca y si lo permiten los 15.000 que esperan evacuaciones, un gran número podrían recibir tratamiento rápido”, dijo el doctor Tedros.

En Gaza, después de dos años de bombardeos constantes, no hay ningún hospital en pleno funcionamiento en Gaza, y solo 14 de 36 operan parcialmente. Además, hay una escasez crítica de medicamentos esenciales, equipos y trabajadores de la salud.

La OMS quiere alcanzar 50 evacuaciones diarias en coordinación con los países receptores.

Para Ibrahim y María, y los demás pacientes que han sido afortunados esta vez, el viaje en las ambulancias que parten hacia Kerem Shalom marca el inicio de un largo proceso de recuperación y una segunda oportunidad de vivir.

Source of original article: United Nations (news.un.org). Photo credit: UN. The content of this article does not necessarily reflect the views or opinion of Global Diaspora News (www.globaldiasporanews.net).

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