Los sistemas de alerta temprana se activaron durante la noche en las comunidades costeras del Pacífico después de que un terremoto de gran magnitud en el este de Rusia provocara una ola gigante que alcanzó la costa japonesa, a unos 1000 kilómetros de distancia, en aproximadamente una hora, según informaron este miércoles los expertos en ayuda humanitaria.
Aunque la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) informó de que no se habían producido daños en las instalaciones nucleares de Japón tras registrarse un terremoto de magnitud 8,8 frente a la península rusa de Kamchatka, las comunidades costeras no han querido correr riesgos y han evacuado a terrenos más elevados o se han desplazado hacia el interior.
Las alertas se enviaron pocos minutos después del terremoto en Rusia, según confirmó la Oficina de las Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres (UNDRR). Aunque las autoridades han rebajado el nivel de amenaza en todo Japón, se recomienda a la población que permanezca en los refugios hasta que disminuya el peligro de que continúen las marejadas, ya que se han registrado olas de 1,3 metros.
“Es muy complejo; estamos observando los datos del tsunami en tiempo real, por lo que necesitamos que la gente permanezca en los refugios hasta que el tsunami haya pasado”, dijo el profesor Fumihiko Imamura, ingeniero especializado en tsunamis de la Universidad de Tohoku.
Un terremoto de los diez más potentes jamás registrados
En esta nación insular asiática, aún están frescos los recuerdos del terremoto y el tsunami de Tohoku del 11 de marzo de 2011, que causaron la muerte de más de 18.000 personas.
El año pasado, el terremoto de Noto, de magnitud 7,6, dejó aproximadamente 500 muertos y dañó 150.000 viviendas.
El desastre también provocó un grave accidente en la central nuclear de Fukushima Daiichi, lo que obligó a decenas de miles de personas a abandonar sus hogares.
Los acontecimientos de hoy se producen en medio de informes que indican que este terremoto ha sido uno de los diez más potentes jamás registrados, por lo que las autoridades están vigilando muy de cerca sus efectos.
Hasta ahora, se han activado alertas en la costa oeste de Estados Unidos, en Sudamérica desde Chile hasta México y desde Papúa Nueva Guinea hasta Vanuatu en el Pacífico.
“Un terremoto de magnitud 8,8 es uno muy grande”, explicó Kamal Kishore, representante especial del Secretario General de la ONU para la reducción del riesgo de desastres.
“A medida que se pasa de una magnitud de ocho a nueve, o de siete a ocho, la fuerza del terremoto aumenta exponencialmente. Por lo tanto, un terremoto de magnitud ocho, en comparación con uno de magnitud siete, sería 30 veces más grande”.
Más rápido que un avión
En declaraciones a Noticias ONU, Kishore destacó las enormes distancias que pueden recorrer los tsunamis, acumulando una enorme energía que luego descargan sobre las comunidades costeras.
Su avance puede ser tan rápido como el de un avión de pasajeros y puede ser rastreado por sensores de cambio de presión en aguas profundas, o tsunamímetros, que están conectados a boyas de superficie que transmiten información en tiempo real a los satélites. A continuación, los centros meteorológicos nacionales modelan estos datos, lo que influye en la emisión de alertas.
“Es una amenaza real porque los tsunamis se desplazan muy rápido de una costa a otra”, continuó Kishore. “El tsunami del océano Índico de 2004 fue uno de los más devastadores que recordamos, ya que se desplazó desde la costa de Indonesia hasta las costas de Sri Lanka en poco más de una hora”.
Lecciones aprendidas
Además de la función de coordinación de la Oficina de la ONU para la Reducción del Riesgo de Desastres (UNDRR) en el sistema mundial de alerta temprana, otras entidades de las Naciones Unidas que también participan activamente son la Organización Meteorológica Mundial (OMM) y la Comisión Oceanográfica Intergubernamental de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO-COI).
La función de la COI es fundamental para garantizar que los países que utilizan instrumentos de seguimiento de tsunamis sigan la misma norma.
Estos esfuerzos están en consonancia con la iniciativa del Secretario General de las Naciones Unidas “Alerta temprana para todos”, cuyo objetivo es garantizar que todas las personas del planeta estén protegidas contra fenómenos meteorológicos, hidrológicos o climáticos peligrosos mediante sistemas de alerta temprana para salvar vidas.
Hoy en día, una de cada tres personas, principalmente en los países menos desarrollados y los pequeños Estados insulares en desarrollo, todavía carece de acceso a sistemas adecuados.
“La prevención de tsunamis pone de relieve la importancia de la acción multilateral”, como el intercambio de datos para ejecutar los algoritmos que sustentan los sistemas de modelización de olas, insistió Kishore.
“Hay países que están separados por miles de kilómetros de océano, pero que se ven afectados por el mismo peligro”, continuó.
“Si no se comparte información sobre la observación de estos peligros, no solo en el lugar donde se han producido, sino también sobre lo que está sucediendo en los lugares intermedios del océano… no podremos advertir a nuestros ciudadanos”, subrayó.
Source of original article: United Nations (news.un.org). Photo credit: UN. The content of this article does not necessarily reflect the views or opinion of Global Diaspora News (www.globaldiasporanews.net).
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