A pocas semanas del invierno, cientos de miles de familias en la Franja de Gaza se preparan para una temporada de frío y lluvias sin refugio adecuado ni bienes básicos, informó la Oficina de la ONU para Asuntos Humanitarios (OCHA), destacando que solo una parte de los suministros vitales ha entrado a ese territorio palestino, lo que pone en riesgo el plan invernal que busca proteger a 1,45 millones de gazatíes desplazados.

La destrucción sigue siendo masiva: la Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO) reportó que solo el 13% de las tierras agrícolas no ha sido dañado, y gran parte permanece inaccesible por la presencia militar israelí.

La agricultura, que antes representaba el 10% de la economía local, está prácticamente paralizada: el 79% de los invernaderos, el 87% de los pozos y el 86% de la infraestructura agrícola han quedado inutilizados.

Las restricciones de entrada continúan obstaculizando la ayuda. Entre el 10 de octubre y el 3 de noviembre, las agencias de la ONU lograron ingresar 32.500 toneladas de asistencia, pero más de un centenar de solicitudes fueron rechazadas por Israel. La falta de combustible y la destrucción de los almacenes dificultan la distribución.

Más del 85% de las instalaciones hídricas están dañadas

En cuanto al agua y saneamiento, más del 85% de las instalaciones hídricas fue dañado y ninguna planta de tratamiento de aguas residuales funciona. La Agencia para los Refugiados Palestinos (UNRWA) señaló que los obstáculos para llevar repuestos, generadores y vehículos han limitado las reparaciones.

El organismo distribuye unos 1400 metros cúbicos diarios de agua en la ciudad de Gaza y el norte de la Franja, pero advirtió que este servicio “se vuelve cada vez más insostenible”.

La vacunación cae un 98%

En el ámbito sanitario, la cobertura de vacunación cayó del 98% a menos del 70% tras la destrucción de 31 centros. La Organización Mundial de la Salud (OMS), el Fondo para la Infancia (UNICEF), UNRWA y el Ministerio de Salud gazatí lanzaron una campaña para inmunizar a 44.000 niños con las vacunas esenciales.

“Después de dos años de violencia que se cobró la vida de más de 20.000 niños, ahora tenemos una oportunidad de proteger a los que sobrevivieron”, dijo Jonathan Veitch, representante de UNICEF en Palestina.

Las enfermedades respiratorias y la desnutrición aumentan en los campamentos improvisados, mientras la falta de atención médica y psicológica agrava el sufrimiento. Además se registra un incremento del trabajo infantil y el endeudamiento como medios para subsistir.

La asistencia alimentaria es insuficiente

El Programa Mundial de Alimentos (PMA) distribuye diariamente 1,2 millones de comidas y 150.000 paquetes de pan, aunque afirmó que la asistencia sigue siendo insuficiente. Además, unas 55.000 familias han recibido una ayuda en efectivo de 1250 shekels (378 dólares), una modalidad que permite cubrir necesidades básicas y reducir el endeudamiento.

Aun con el alto el fuego, los daños y las restricciones mantienen a Gaza al borde del colapso. “La ayuda ha mejorado, pero seguimos muy lejos de garantizar lo mínimo necesario para una vida digna”, declaró el Secretario General de la ONU, António Guterres.

Reconstrucción y futuro incierto

La guerra en Gaza dejó 61 millones de toneladas de escombros, lo que dificulta de manera enorme la reconstrucción. El Programa para el Medio Ambiente (PNUMA) informó que la gestión de residuos peligrosos requiere maquinaria pesada y combustible, cuya entrada sigue restringida. Sin esos recursos, la limpieza y la instalación de refugios temporales avanzan muy lentamente.

El impacto económico y social es devastador. Miles de familias han perdido su principal fuente de ingresos, y aunque el acceso a alimentos ha mejorado levemente, una de cada cinco familias sigue comiendo solo una vez al día. Los precios bajaron tras el alto el fuego, pero el poder adquisitivo continúa desplomado.

Las agencias de la ONU insistieron en que la reconstrucción debe ir más allá de la emergencia. “No se trata solo de levantar edificios, sino de restaurar sistemas, servicios e instituciones”, apuntó OCHA.

Para millones de palestinos, la esperanza sigue ligada al acceso, la estabilidad y la posibilidad de reconstruir con dignidad.

En Cisjordania persiste la tensión

En Cisjordania, en tanto, continúa la violencia de los colonos y los militares israelíes contra los palestinos. UNICEF ha documentado la muerte de 47 niños en ese territorio ocupado y Jerusalén.

Las tensiones políticas, los cierres de carreteras y las restricciones de movimiento golpean la economía y aumentan la dependencia de la ayuda humanitaria.

Los organismos de la ONU subrayaron la creciente brecha socioeconómica entre áreas urbanas y rurales.

En las comunidades agrícolas, los pequeños productores sufren pérdidas por falta de acceso a insumos y mercados, mientras el desempleo juvenil y la inflación agravan la vulnerabilidad.

La inseguridad impide todo intento de recuperación

En varias zonas rurales, los servicios básicos operan con recursos mínimos. La reducción de remesas y la caída del comercio interno debilitan los medios de vida, mientras la inseguridad impide cualquier intento de recuperación.

OCHA afirmó que si no se reducen las restricciones de movilidad, la situación se agravará durante el invierno.

Asimismo, dio cuenta de un mayor deterioro económico y social, con la falta de empleo y el aumento del costo de vida ampliando más y más la brecha entre las áreas urbanas y rurales.

Source of original article: United Nations (news.un.org). Photo credit: UN. The content of this article does not necessarily reflect the views or opinion of Global Diaspora News (www.globaldiasporanews.net).

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