En el centro de la Franja de Gaza, devastada por la guerra, el personal de la ONU continúa trabajando a pesar de la destrucción y el sufrimiento sin precedentes que lo rodea, según la jefa de la Oficina del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).

Sonia Silva ha estado trabajando en ese territorio palestino asediado desde principios de noviembre de 2023, tan solo un mes después del ataque de Hamás y otros grupos armados en el sur de Israel que desencadenó la brutal guerra.

La trabajadora humanitaria mexicana habló con Noticias ONU sobre la miseria que la gente ha experimentado en los últimos días.

“En mi año y ocho meses en Gaza, la semana pasada ha sido, con mucho, la peor. La única experiencia comparable fue la incursión de Rafah en mayo de 2024, cuando se cerró la frontera, pero esta semana ha sido significativamente más intensa.

Vivo en un alojamiento de UNICEF en Deir Al-Balah, una ciudad en el centro de Gaza.

Al conducir de sur a norte por la Franja de Gaza, parece como si acabara de ocurrir un gran desastre natural. El nivel de destrucción ha alcanzado una escala sin precedentes, devastando infraestructura civil y barrios enteros.

Los edificios ya no están en pie. La gente vive en casas destruidas, tiendas de campaña y en las calles.

Ver a la humanidad en estas condiciones es aterrador y me llena de una sensación de fatalidad y miedo.

Sonia Silva, jefa de la oficina de UNICEF en Gaza

Ofensiva aterradora

Deir Al-Balah es o había sido diferente.

Es uno de los pocos lugares de la Franja de Gaza donde se conserva la infraestructura urbana. Se ha mantenido relativamente a salvo, en comparación con otras zonas.

Eso fue hasta el domingo pasado por la noche, cuando se desató una aterradora ofensiva sobre Deir Al-Balah.

Aún no he visto el nivel de destrucción de los últimos días, pero los informes indican que es significativo.

Un edificio fue destruido por la explosión de un cohete a solo 100 metros de donde suelo dormir.

Pero durante 72 horas, mis compañeros y yo apenas dormimos: las explosiones y los disparos fueron incesantes. Es más fuerte que tú. Tu cuerpo sabe que algo anda mal y está en un estado de alerta superior.

No tenía miedo, pero sí estaba profundamente preocupada por mis colegas nacionales, que estaban muy cerca del fuego cruzado y que intentaban consolar a niños pequeños.

Familias evacuando Deir Al-Balah, en la Franja de Gaza.

Tengo suerte porque soy funcionaria internacional y tengo derecho a un descanso. Cada periodo de 4 a 6 semanas, puedo salir, descansar y recargar las pilas.

Pero no así mis colegas palestinos y sus familias, que han vivido esto durante más de 21 meses, que lo han perdido todo: a sus seres queridos y sus pertenencias.

Ellos no pueden desconectar.

Trabajadores de UNICEF vacunando contra la polio a los niños gazatíes en septiembre de 2024. (Archivo)

La continua escasez de alimentos está empeorando la situación. Afecta a toda la población, incluyendo a nuestros socios de primera línea, nuestros colegas nacionales y todo el personal de apoyo.

Lo que más me ha impactado de Gaza es que, a pesar de las dificultades, los colegas siguen adelante, los colegas siguen bromeando entre sí, los colegas —que lo han perdido todo— muestran la mayor generosidad y solidaridad.

Quisiera rendir homenaje a todos mis compañeros y a nuestros socios que se aferran a fragmentos de esperanza de una vida mejor, pero que aún mantienen en funcionamiento los servicios esenciales.

Son lo mejor de la humanidad, en un lugar abandonado por la humanidad.”

Source of original article: United Nations (news.un.org). Photo credit: UN. The content of this article does not necessarily reflect the views or opinion of Global Diaspora News (www.globaldiasporanews.net).

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