En la República Centroafricana, la discapacidad conlleva un estigma muy arraigado; las personas con discapacidad a menudo se ven excluidas de casi todos los ámbitos de la vida. Zénabou, que es sorda y no habla, ha sufrido los prejuicios, pero un programa educativo impulsado por la ONU le ofrece un rayo de esperanza.
“Siempre tuve la dolorosa experiencia de ver a los otros niños ir a la escuela con sus mochilas”, señala Zénabou, de 14 años. “Me atormentaba porque, aunque ardía en deseos de saber qué pasaba en las escuelas a las que esos niños iban cada mañana, me di cuenta muy pronto de que era un sistema que no estaba hecho para mí, porque yo era diferente”.
Para muchos niños con discapacidad, las puertas de la educación han permanecido firmemente cerradas, dejándoles pocas oportunidades y escasas esperanzas de futuro.
Sin embargo, hoy en día, en la República Centroafricana, niños como Zénabou reciben por fin el apoyo adaptado y las oportunidades educativas que merecen gracias a una nueva iniciativa piloto de educación inclusiva.
El programa está proporcionando recursos esenciales como material didáctico, ayudas para la movilidad y clases especializadas para aprender braille y lenguaje de signos; creando una red de apoyo comunitario para las familias e integrando a los niños con discapacidad en las escuelas locales.
Se abre una puerta
Zénabou está sentada en el pupitre de su clase, con el cuaderno delante y rodeada de compañeros. Sonríe mientras observa a su profesor escribir algo en la pizarra. Podría parecer una escena corriente para alguien que pasara por allí, pero para esta niña de 14 años y para otros niños discapacitados como ella, se trata de un momento extraordinario.
Antes de matricularse en clase, Zénabou pasaba la mayor parte del día en casa, ayudando a su madre con las tareas domésticas. Pasaba las horas fregando platos, limpiando ropa y buscando agua para su familia.
“Ir a la escuela era algo que nunca había esperado”, firma. “El día que fui a la escuela por primera vez, de repente me di cuenta de que no era la única en esta situación. Ver a más de 30 personas sordas en el mismo lugar fue asombroso”.
Gracias a una inversión plurianual, en Bambari (República Centroafricana) se imparten clases especializadas para niños sordos y deficientes visuales dentro de las escuelas primarias ordinarias. Allí, a niños como Zénabou, que a menudo ni siquiera han pisado la escuela, se les enseña a leer, escribir y contar, y aprenden braille o lenguaje de signos. Estas habilidades cruciales les abren un mundo de aprendizaje.
Antes de ir a la escuela, Zénabou apenas podía comunicarse con los que la rodeaban. Sus padres veían pocas oportunidades para su futuro. Analfabetos ellos mismos, querían más para su hija, pero teniendo en cuenta su discapacidad, no tenían esperanzas. Pero todo cambió cuando le dieron acceso, recursos y apoyo para aprender.
“Mi hija Zénabou es ahora capaz de afirmarse como persona, a pesar de las barreras de comunicación que le causa el hecho de ser sorda”, dice el padre de Zénabou. “Ahora soy optimista sobre el futuro de Zénabou y sé que va a triunfar”.
Crisis educativa ha dejado a un millón de niños y adolescentes sin escolarizar
La República Centroafricana es uno de los lugares más difíciles del mundo para ser niño. Los conflictos, los desplazamientos y la inestabilidad están socavando los esfuerzos en favor de un desarrollo pacífico, poniendo en grave peligro a niños y adolescentes.
Años de violencia han contribuido al colapso de lo que ya eran unos servicios limitados. El acceso a la atención sanitaria, a los medios de subsistencia y a la educación es muy limitado o inexistente en amplias zonas del país.
El sistema educativo del país se enfrenta a importantes retos, especialmente para los niños con discapacidades. Los conflictos prolongados han devastado la infraestructura educativa, dejando a un millón de niños y adolescentes sin escolarizar.
Además, la crisis afecta de forma desproporcionada a estos niños, que se enfrentan a obstáculos agravados para acceder a la educación debido al estigma que rodea a las discapacidades y al acceso limitado a apoyo especializado.
Abordar estos retos exige esfuerzos concertados para reconstruir la infraestructura educativa, promover prácticas pedagógicas integradoras y combatir el estigma social para garantizar que todos los niños tengan acceso a una educación integradora y de calidad.
Educación inclusiva en la República Centroafricana
- Trabajar con organizaciones que representan a las personas con discapacidad es clave para garantizar su participación en la toma de decisiones, tal y como se recoge en la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad. También se ha reconocido que es necesario para el cambio social, para promover la autonomía y para garantizar el empoderamiento de las personas con discapacidad.
- Esta innovadora iniciativa está financiada por La educación no puede esperar, el fondo mundial para la educación en situaciones de emergencia y crisis prolongadas de las Naciones Unidas.
- Cuenta con el apoyo del Fondo de la ONU para la Infancia (UNICEF), socios como Humanidad e Inclusión y organizaciones nacionales, entre ellas el Centro de Alfabetización y Formación en Braille para Ciegos de la República Centroafricana y la Asociación Nacional de los Discapacitados Auditivos de la República Centroafricana.
Source of original article: United Nations (news.un.org). Photo credit: UN. The content of this article does not necessarily reflect the views or opinion of Global Diaspora News (www.globaldiasporanews.net).
To submit your press release: (https://www.globaldiasporanews.com/pr).
To advertise on Global Diaspora News: (www.globaldiasporanews.com/ads).
Sign up to Global Diaspora News newsletter (https://www.globaldiasporanews.com/newsletter/) to start receiving updates and opportunities directly in your email inbox for free.