Tras una década de desarrollo militar, el gasto castrense mundial alcanzó un récord de 2,7 billones de dólares el año pasado, un aumento de más del 9% con respecto a 2023, revela un nuevo informe de la ONU publicado este martes.
La abultada cifra equivale a un gasto de 334 dólares por cada persona en la Tierra, apunta el estudio, y advierte que, de continuar la tendencia actual, esa cantidad llegará a un total de 6,6 billones de dólares en 2035.
En la presentación del informe, el Secretario General de la ONU reconoció que los gobiernos tienen responsabilidades legítimas en materia de seguridad y deben proteger a la población civil, salvaguardar las infraestructuras críticas y abordar las amenazas inmediatas.
Sin embargo, la seguridad duradera no se puede lograr únicamente con el gasto militar, añadió António Guterres.
Ataque a Qatar, violación flagrante de la soberanía e integridad territorial
Para ilustrar la escalada del entorno belicoso actual, empezó su intervención aludiendo al ataque israelí de hoy a Qatar, “un país que ha desempeñado un papel muy positivo para lograr un alto el fuego y la liberación de todos los rehenes”.
Guterres condenó la “violación flagrante de la soberanía e integridad territorial” qatarí, y señaló que todas las partes deben trabajar para lograr un alto el fuego permanente, no para destruirlo.
El acontecimiento subraya la importancia de este informe al poner al descubierto una cruda realidad -prosiguió-: “el mundo gasta mucho más en la guerra que en la construcción de la paz”.
Más dinero a la guerra que al desarrollo
Según la publicación, el gasto militar de 2024 es trece veces mayor que la cantidad de ayuda oficial al desarrollo de los países más ricos del mundo a las naciones más atrasadas, y supera 750 veces el presupuesto ordinario de la ONU.
El Secretario General afirmó que el déficit de financiamiento crece por la falta de acción, y recordó que solo una de cada cinco metas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible está en camino de lograrse.
En este sentido, llamó a los países a replantear las prioridades y a “reequilibrar las inversiones globales hacia la seguridad que el mundo realmente necesita”.
Invertir en las personas es invertir contra la violencia
Entre los puntos más destacados, el informe asevera que el elevado gasto militar de hoy desvía al armamentismo las inversiones esenciales en salud, educación, creación de empleo, protección de las personas contra los efectos del cambio climático y ampliación de oportunidades para mujeres y jóvenes.
“Invertir en las personas es invertir en la primera línea de defensa contra la violencia en cualquier sociedad”, recalcó en este sentido António Guterres.
El informe sostiene que los presupuestos son opciones y se pueden reajustar, cambiando de dirección las asignaciones a cada sector. Es decir, acota, es alcanzable un mundo mejor.
El administrador interino del Programa de la ONU para el Desarrollo (PNUD), presente en la divulgación del informe hizo eco de esta afirmación, argumentando que cuando la vida de las personas mejore en términos de acceso a los servicios y oportunidades, dignidad y autodeterminación, las sociedades y el mundo serán más pacíficos.
Menos de 4% del presupuesto militar erradicaría el hambre
Haoliang Xu, agregó que con 93.000 millones de dólares, menos del 4% de los 2,7 billones de dólares asignados al gasto militar, podría erradicarse el hambre para 2030.
También precisó que con poco más del 10% (285 000 millones de dólares) se vacunaría a todos los niños, y que con cinco billones de dólares, el mundo podría financiar doce años de educación de calidad para todos los niños de los países de renta baja y media baja.
Priorizar la diplomacia
El estudio puntualiza la urgencia de dar prioridad a la diplomacia y garantizar la transparencia y la rendición de cuentas en los presupuestos de defensa, al tiempo que se impulsa el financiamiento al desarrollo.
“Necesitamos una nueva visión de la seguridad, centrada en el ser humano y arraigada en la Carta de las Naciones Unidas. Una visión que proteja a las personas, no solo a las fronteras; y que priorice las instituciones, la equidad y la sostenibilidad planetaria”, enfatizó la Alta Representante de la ONU para Asuntos de Desarme, Izumi Nakamitsu, la otra presentadora del informe.
Nakamitsu también lanzó una advertencia: “Reequilibrar las prioridades globales no es opcional; es un imperativo para la supervivencia de la humanidad”.
El gasto militar elevado no garantiza la paz
En el mismo tenor, el Secretario General consideró que la evidencia es clara: “un gasto militar excesivo no garantiza la paz”.
Al contrario, abundó, a menudo la socava, alimenta la carrera armamentista, profundiza la desconfianza y desvía recursos de los cimientos de la estabilidad mundial.
“Un mundo más seguro comienza invirtiendo al menos tanto en la lucha contra la pobreza como en las guerras”, concluyó Guterres.
Source of original article: United Nations (news.un.org). Photo credit: UN. The content of this article does not necessarily reflect the views or opinion of Global Diaspora News (www.globaldiasporanews.net).
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