El Foro de Países Deudores ha sido calificado como un hito en los esfuerzos por reformar la arquitectura internacional de la deuda, con el respaldo de Naciones Unidas y consolidado como una parte central del documento final del Compromiso de Sevilla.

“Esto no es solo discurso, es acción”, afirmó la ministra de Planificación y Desarrollo Económico de Egipto, la doctora Rania Al-Mashat. “El Foro de Países Deudores es un plan real, impulsado por los propios países, para crear una voz y una estrategia compartidas frente a los desafíos de la deuda”.

La secretaria general de ONU Comercio y Desarrollo, Rebeca Grynspan, explicó que los países en desarrollo a menudo enfrentan a los acreedores como un bloque unido, mientras negocian de forma aislada. “Tener voz no es solo poder hablar: es tener el poder de influir en los resultados. Hoy, 3400 millones de personas viven en países que gastan más en el servicio de la deuda que en salud o educación”.

El foro —una de las 11 recomendaciones del Grupo de Expertos sobre Deuda del Secretario General de la ONU— permitirá a los países compartir experiencias, recibir asesoría técnica y jurídica, promover estándares de préstamo y endeudamiento responsables, y fortalecer su capacidad de negociación conjunta.

Su lanzamiento responde a demandas históricas del Sur Global por una toma de decisiones más inclusiva en un sistema de deuda dominado por los intereses de los acreedores.

El ministro de Exteriores de Zambia, Mulambo Haimbe, dijo a periodistas que esta iniciativa fomentará “asociaciones a largo plazo, respeto mutuo y responsabilidad compartida”, y expresó la disposición de su país para acoger una reunión inicial.

El ministro de Hacienda de España, Carlos Cuerpo, describió la actual crisis de deuda como “silenciosa pero urgente”, y calificó al foro como un “momento Sevilla”, comparable a la creación del Club de París de acreedores, hace casi 70 años.

El enviado especial de la ONU para la financiación de la Agenda 2030, Mahmoud Mohieldin, señaló que el foro responde directamente a un sistema que ha mantenido aislados durante demasiado tiempo a los países deudores. “Esto se trata de voz, de equidad —y de prevenir la próxima crisis de deuda antes de que comience”.

El lanzamiento se produce en un momento de creciente angustia por la deuda en todo el mundo en desarrollo.

El acuerdo —conocido como el Compromiso de Sevilla— adoptado por consenso en la conferencia, incluye un conjunto de compromisos sobre la reforma de la deuda soberana.

Junto al apoyo a iniciativas lideradas por los países deudores, el texto aboga por una mayor transparencia de la deuda, mejor coordinación entre acreedores y la exploración de un marco jurídico multilateral para la reestructuración de deuda.

También respalda estrategias nacionales de sostenibilidad de la deuda, cláusulas de suspensión de pagos para países vulnerables al clima, y un mayor apoyo a los canjes de deuda por naturaleza y por acción climática, aunque con mayores salvaguardas y evidencia de impacto.

Frustración por una “oportunidad perdida” para abordar la crisis 

Organizaciones de la sociedad civil criticaron el miércoles el documento adoptado en Sevilla, calificándolo de oportunidad perdida para impulsar una reforma significativa del sistema global de deuda que está ahogando a muchas naciones en desarrollo.

En una rueda de prensa durante la conferencia, Jason Braganza, del Foro Africano y Red sobre Deuda y Desarrollo (AFRODAD), afirmó que el documento final del Compromiso de Sevilla, adoptado en el primer día se quedó muy corto respecto a lo que se necesitaba.

“Este documento ya empezó con poca ambición y aun así fue diluido”, dijo. “Casi la mitad de los países africanos están enfrentando una crisis de deuda. En lugar de invertir en salud, educación y agua potable, están pagando a sus acreedores”.

Braganza elogió el liderazgo del Grupo Africano y de la Alianza de Pequeños Estados Insulares, que lucharon por una Convención Marco de la ONU sobre la Deuda Soberana.

Falsas soluciones

Aunque esa ambición no se materializó por completo, celebró un pequeño avance con la creación de un nuevo proceso intergubernamental que podría sentar las bases para reformas futuras.

Los líderes de la sociedad civil también advirtieron sobre los peligros de los llamados “canjes de deuda por acción climática”, que Braganza calificó de “falsas soluciones” que no brindan un espacio fiscal real a los países en desarrollo.

Tove Ryding, de la Red Europea sobre Deuda y Desarrollo (Eurodad), coincidió con estas críticas y dijo: “Nos dicen que no hay dinero para combatir la pobreza o el cambio climático —pero sí lo hay. El problema es la injusticia económica. Y el resultado de esta conferencia refleja más de lo mismo”.

Destacó los avances hacia una nueva Convención Fiscal de la ONU como prueba de que los países decididos sí pueden impulsar cambios reales, y añadió: “Ojalá tuviéramos un dólar por cada vez que nos dijeron que este día nunca llegaría”.

Source of original article: United Nations (news.un.org). Photo credit: UN. The content of this article does not necessarily reflect the views or opinion of Global Diaspora News (www.globaldiasporanews.net).

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