En Belém, Brasil, mientras el mundo dirige su mirada hacia la Amazonía para la COP30, una pregunta cobra especial relevancia: ¿puede la financiación climática pasar de ser una promesa a convertirse en un salvavidas?

En todas las mesas de negociación y en todas las declaraciones diplomáticas se esconde una cruda realidad que comparten las naciones que se encuentran en primera línea de la crisis climática: sin financiación, no hay camino hacia la seguridad, la justicia o la supervivencia.

Se necesitan muchas medidas urgentes para garantizar un planeta habitable y proteger millones de vidas. Pero en todas ellas, cada avance, cada escudo de resistencia, dependen de un factor esencial: la financiación.

El sábado, los debates de la 30ª Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, como se conoce oficialmente a las COP anuales, giraron en torno a la movilización financiera, o lo que los líderes denominaron el motor de la transición climática.

Una cuestión de supervivencia

En la tercera reunión del Diálogo Ministerial de Alto Nivel sobre Financiación Climática, la COP30 escuchó a representantes de naciones profundamente afectadas por los efectos del clima, muchos de los cuales describieron el acceso a los recursos financieros como «una cuestión de supervivencia».

La presidenta de la Asamblea General de las Naciones Unidas, Annalena Baerbock, dijo en su discurso de apertura que la COP30 debería marcar el comienzo de la implementación de hasta 1,3 billones de dólares en financiación climática anual, desembolsos que «lleguen a los más necesitados, de forma rápida, transparente y justa».

Destacó que la acción climática y la justicia social son «inseparables» y señaló: «La inseguridad climática alimenta el hambre y la pobreza, la pobreza impulsa la migración y los conflictos, y los conflictos, a su vez, agravan la pobreza y disuaden la inversión».

Romper este círculo vicioso, afirmó, es esencial para cumplir los objetivos climáticos mundiales.

Las energías renovables toman la delantera

Reflexionando sobre el décimo aniversario del Acuerdo de París,  Baerbock recordó que en 2015 muchos delegados se emocionaron hasta las lágrimas por el histórico resultado que dio lugar al primer tratado mundial sobre el clima jurídicamente vinculante, en el que participaron más de 190 países.

Señaló que, en aquel momento, las energías renovables se consideraban en general «poco realistas». Hoy en día, son la fuente de energía de más rápido crecimiento en la Tierra.

En 2024, la inversión mundial en energía limpia alcanzó los 2 billones de dólares, unos 800.000 millones más que en combustibles fósiles. La energía solar se ha convertido en la forma de electricidad más barata de la historia.

El potencial sin explotar de África

Sin embargo, Baerbock advirtió que «un enorme potencial sigue sin explotarse porque el capital aún no fluye hacia donde más se necesita», especialmente en África.

Más de 600 millones de africanos siguen sin tener acceso a la electricidad, a pesar de que el potencial de energía renovable del continente es 50 veces mayor que la demanda mundial de electricidad prevista para 2040.

Instó a los países desarrollados a cumplir sus compromisos tecnológicos y financieros y a impulsar la reforma de las instituciones financieras mundiales.

El «alma» de la acción climática

El secretario ejecutivo de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, Simon Stiell, también intervino en la reunión y destacó el poder transformador de la financiación climática.

Describió la financiación como el «alma de la acción climática», capaz de convertir «los planes en avances» y «la ambición en realidad».

Stiell subrayó que los países más vulnerables siguen enfrentándose a grandes retos para acceder a los fondos que se les han prometido desde hace tiempo.

«Cuando fluye la financiación, crece la ambición»

A pesar de los miles de millones invertidos en todo el mundo en energía limpia, resiliencia y transiciones justas, Stiell afirmó que el volumen total sigue siendo «insuficiente y poco predecible», y que no se distribuye de forma equitativa.

Instó a la COP30 a demostrar una vez más que la cooperación climática está funcionando y que las inversiones realizadas ahora pueden configurar la «historia de crecimiento del siglo XXI».

El responsable de clima de la ONU destacó: «Cuando fluye la financiación, crece la ambición», lo que permite una implementación que crea puestos de trabajo, reduce el coste de la vida, mejora los resultados en materia de salud, protege a las comunidades y garantiza un planeta más resiliente y próspero para todos.

Source of original article: United Nations (news.un.org). Photo credit: UN. The content of this article does not necessarily reflect the views or opinion of Global Diaspora News (www.globaldiasporanews.net).

To submit your press release: (https://www.globaldiasporanews.com/pr).

To advertise on Global Diaspora News: (www.globaldiasporanews.com/ads).

Sign up to Global Diaspora News newsletter (https://www.globaldiasporanews.com/newsletter/) to start receiving updates and opportunities directly in your email inbox for free.