No todos los países están reduciendo su ayuda al desarrollo, España la ha aumentado un 12%

Durante décadas se ha considerado que ayudar a los países menos favorecidos para que se desarrollen era beneficioso para la comunidad internacional en su conjunto, además de un deber de los países con más medios.

Pero en los últimos tiempos, esa ayuda se ha visto recortada por algunos de los países más ricos, hasta el punto de que el Secretario General de la ONU ha afirmado que la filosofía de la solidaridad está siendo cuestionada.

Son menos los que reman en contra que los que lo hacen a favor

En una entrevista con Noticias ONU, la Secretaria de Estado de Cooperación de España, país que albergará próximamente la Cuarta Conferencia sobre Financiación al Desarrollo, se muestra convencida de que ese cuestionamiento viene de una minoría ruidosa.

“Creo que aquellos que la cuestionan (…) son los mismos que están cuestionando el sistema multilateral (…) Y yo estoy convencida que aunque haya muchos que estén haciendo ruido, son muchos menos que los que creemos en la solidaridad global”, dijo Eva Granados Galiano.

Aunque reconoce que en el último año ha habido una reducción de la ayuda oficial al desarrollo, destacó que no todos están en esa situación y puso como ejemplo puso el de España, que la ha elevado un 12%.

Por eso, señaló que es necesario “contrarrestar” las narrativas de quienes la niegan, “que son los mismos que niegan el cambio climático”, los negacionistas.

“Igual que podemos entender en cualquier país que tiene que haber un sistema redistributivo de la riqueza y que aquellos que menos tienen puedan tener también una parte de la solidaridad de sus conciudadanos, (podemos entender que) ese contrato social se puede extender a nivel global y por lo tanto es un contrato social del mundo”, dijo.

La Secretaria de Estado considera, por tanto, que la narrativa de los insolidarios es fácil de desmontar.

El COVID como ejemplo

Como ejemplo de ayuda al desarrollo, recordó la pandemia de COVID: “Ahí teníamos muy claro que la solución no partía de un país, que partía de un sistema de salud global, de una gobernanza de las políticas sanitarias”.

Otro ejemplo, es la necesidad de que los países del norte y el sur del Mediterráneo cooperen frente al impacto que el cambio climático está teniendo sobre ese mar, al que calificó de bien público global.

Preguntada sobre los cuatro billones de déficit anual que tiene la ayuda al desarrollo, la Secretaria de Estado señaló que existen instrumentos para superarla que van desde el aumento de los fondos públicos a la contribución de los fondos privados con oportunidades de inversión, pasando por la gestión de la deuda.

“No puede ser que tengamos dos de cada cinco ciudadanos del mundo que viven en países que están dedicando más al servicio de la deuda que a sus servicios de educación o de o de sanidad”, comentó.

Una brecha grande pero relativamente

No obstante, destacó que “la brecha de financiación es grande, pero relativamente, porque esos cuatro billones no dejan de ser un 1% de las transacciones financieras”.

Por eso se mostró confiada en que la Cuarta Conferencia sobre Financiación al Desarrollo (FFD4), que tendrá lugar en Sevilla la primera semana de julio, será “un espacio privilegiado” para usar las palancas que ayudarán a mejorar la cooperación internacional.

“Estamos en un momento que todos adjetivamos como convulso, con muchas incertidumbres, con muchas narrativas cruzadas. Pero yo creo que Sevilla es un punto de luz para la solidaridad global, para que los países que vamos a estar presentes allí (y yo espero que sean muchísimos y con el máximo nivel de representación), estemos lanzando esa voz al mundo de que creemos en el multilateralismo y en la solidaridad global”, declaró.

Para Eva Granados, Sevilla tiene un objetivo que es conseguir más y mejores recursos para contribuir a una ayuda que esté en línea con el crecimiento mundial de la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible.

Más allá de Sevilla

Lo que es importante es que “Sevilla no acabe en Sevilla” y que se cree un mecanismo de seguimiento para que de manera anual los distintos países rindan cuentas de los compromisos a los que se lleguen.

“Y después es importante también poner en valor la iniciativa del Secretario General de Naciones Unidas con el presidente del Gobierno de España, que es esa plataforma para la acción de Sevilla”, dijo Eva Granados.

Esa plataforma permitirá que haya coaliciones de países con organismos internacionales que deciden ir más allá del documento final de la Conferencia y que proponen propuestas concretas y medibles para mejorar esa financiación al desarrollo.

Los ricos y las multinacionales también tiene que aportar

Por último, destacó la necesidad de una fiscalidad internacional: “No puede ser que las personas y las empresas, los más ricos, las más ricas del planeta, estén contribuyendo tan poco a esa solidaridad global. Luego, no va solamente de países, va también de personas súper ricas y de grandes multinacionales que tienen que contribuir más a esa solidaridad global”.