A finales de 2024, 123,2 millones de personas habían debido desplazarse, una cifra récord impulsada en gran medida por los conflictos prolongados en Sudán, Myanmar y Ucrania. 73,5 millones de personas están desarraigadas en sus propios países, y 42,7 millones se han refugiados más allá de sus fronteras.

Con 13,5 millones de personas desplazadas por más de trece años de brutal conflicto civil, Siria solía representar la mayor crisis de desplazados del mundo. Pero ya no es así.

En diciembre del año pasado, el derrocamiento del régimen de Bashar al Assad por las fuerzas de la oposición reavivó la esperanza de que la mayoría de los sirios pudieran volver pronto a sus hogares. Hasta mayo, 500.000 refugiados y 1,2 millones de desplazados internos habían regresado a sus zonas de origen.

Pero esa no es la única razón por la que Siria ha dejado de ser la mayor crisis de desplazados del mundo.

Sudán bate un sombrío récord

Más de dos años de guerra civil han hecho que Sudán supere a Siria con 14,3 millones de personas desarraigadas desde abril de 2022, de las cuales 11,6 millones son desplazados internos, lo que supone un tercio de toda la población sudanesa y representa la mayor crisis de desplazamiento interno jamás registrada.

El último informe de la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), Global Trends, publicado este jueves, pone de relieve la magnitud del problema, señalando unos desplazamientos “insosteniblemente altos”, pero también contiene “rayos de esperanza”, a pesar del impacto inmediato de los recortes de ayuda en las capitales de todo el mundo este año.

“Vivimos en un momento de intensa volatilidad en las relaciones internacionales, en el que la guerra moderna crea un paisaje frágil y desgarrador marcado por un agudo sufrimiento humano”, declaró el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, Filippo Grandi.

42,7 millones de refugiados que viven más allá de sus fronteras

A finales de 2024, 123,2 millones de personas estaban desplazadas en el mundo, lo que representa una cifra récord de una década, impulsada en gran medida por los conflictos prolongados en Sudán, Myanmar y Ucrania.

Unas 73,5 millones de personas en todo el mundo han huido dentro de sus propios países, y de los 42,7 millones de refugiados que viven más allá de sus fronteras, el 73% están acogidos en países de ingresos bajos y medios, y el 67% en países vecinos.

En busca de un lugar donde vivir en paz

Sadeqa y su hijo son refugiados que se han enfrentado a repetidos desplazamientos. Huyeron de Myanmar después de que el marido de Sadeqa fuera asesinado en 2024. En Bangladesh, vivieron en un campo de refugiados para musulmanes rohingya, pero el campo estaba abarrotado, lo que les llevó a huir de nuevo en barco.

Sadeqa se embarcó sin saber adónde iba. Finalmente, la embarcación fue rescatada tras semanas en el mar, y ahora, ella y su hijo viven en Indonesia.

“Buscamos un lugar donde podamos vivir en paz”, dijo.

Pese a las innumerables historias como esta, el Alto Comisionado Grandi considera que hay “rayos de esperanza” en el informe. Este año, 188.800 refugiados fueron reasentados permanentemente en países de acogida, la cifra más alta en 40 años.

Además, 9,8 millones de personas regresaron a sus hogares en 2024, incluidos 1,6 millones de refugiados y 8,2 millones de desplazados internos, la mayoría en Afganistán y Siria.

Soluciones duraderas

Aunque los 8,2 millones de desplazados internos que regresan a sus hogares representan la segunda cifra más alta registrada en un solo año, el informe señala que los retornados siguen teniendo dificultades.

Por ejemplo, muchos de los refugiados afganos y haitianos que regresaron a sus hogares el año pasado fueron deportados de sus países de acogida.

El informe subraya que los retornos deben ser voluntarios y que hay que mantener la dignidad y la seguridad de los retornados una vez que llegan a su zona de origen. Para ello es necesario consolidar la paz a largo plazo y avanzar hacia un desarrollo sostenible más amplio.

“La búsqueda de la paz debe estar en el centro de todos los esfuerzos por encontrar soluciones duraderas para los refugiados y otras personas obligadas a huir de sus hogares”, afirmó Grandi.

Recortes “brutales” de financiación

En la última década, el número de personas desplazadas por la fuerza en todo el mundo se ha duplicado, pero los niveles de financiación de ACNUR se mantienen prácticamente invariables.

El informe explica que esta falta de aumento de los recursos financieros pone en peligro a comunidades desplazadas, ya de por sí vulnerables, y desestabiliza aún más la paz regional.

“La situación es insostenible, y deja aún más vulnerables a los refugiados y a otras personas que huyen del peligro”, apuntó ACNUR. 

Source of original article: United Nations (news.un.org). Photo credit: UN. The content of this article does not necessarily reflect the views or opinion of Global Diaspora News (www.globaldiasporanews.net).

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